miércoles, 24 de julio de 2013

Resumen MARX - EL CAPITAL Capitulo VI

CAPITULO VI
CAPITAL CONSTANTE Y CAPITAL VARIABLE
El obrero incorpora al objeto de trabajo un nuevo valor mediante la adición de una cantidad determinada de trabajo, sin que interesen aquí el contenido concreto, el objetivo y la naturaleza técnica de su trabajo. Por otra parte, los valores de los medios de producción consumidos los reencontramos como partes constitutivas del valor del producto. El valor del medio de producción, pues, se conserva por su transferencia al producto. Dicha transferencia ocurre durante la transformación del medio de producción en producto, al efectuarse el proceso laboral. Es mediada por el trabajo.
Por medio de la forma, orientada a un fin, en que esos obreros incorporan trabajo en general y por tanto valor nuevo, es como los medios de producción se convierten en elementos constitutivos de un producto, de un nuevo valor de uso. Caduca la vieja forma de su valor de uso, pero sólo para adherirse a una nueva forma de valor de uso. En la medida en que con arreglo a un fin se consume un valor de uso, para la producción de un nuevo valor de uso, el tiempo de trabajo necesario para la elaboración del valor de uso consumido constituye una parte del tiempo necesario para la producción del nuevo valor de uso, o sea, es tiempo de trabajo que se transfiere del medio de producción consumido al nuevo producto.
Por medio de la mera adición cuantitativa de trabajo se añade nuevo valor, mediante la cualidad del trabajo agregado se conservan en el producto los viejos valores de los medios de producción. Este efecto dual del mismo trabajo, consecuencia de su carácter dual.
Los medios de producción no pierden con su valor de uso, a la vez, su valor, porque en virtud del proceso laboral en realidad sólo pierden la figura originaria de su valor de uso para adquirir en el producto la figura de otro valor de uso. En el proceso de trabajo sólo se transfiere valor del medio de producción al producto en la medida en que el medio de producción pierda también, junto a su valor de uso autónomo, su valor de cambio.
La materia prima y los materiales auxiliares, pues, pierden la figura autónoma bajo la que ingresaron, como valores de uso, en el proceso de trabajo. Otra cosa ocurre con los medios de trabajo propiamente dichos. Un instrumento, una máquina, el edificio de una fábrica, un recipiente, etc., sólo prestan servicios en el proceso laboral mientras conservan su figura originaria y pueden mañana ingresar en éste bajo la misma forma que ayer.
Un medio de producción nunca transfiere al producto más valor que el que pierde en el proceso de trabajo por desgaste de su propio valor de uso. Un factor del proceso laboral, un medio de producción, se incorpora totalmente al proceso laboral, pero sólo en parte al proceso de valorización. La diferencia entre proceso de trabajo y proceso de valorización s e refleja aquí en sus factores objetivos, puesto que el mismo medio de producción participa en el mismo proceso de producción íntegramente como elemento del proceso laboral y sólo lo hace fraccionadamente como elemento de la formación de valor. Por otra parte, un medio de producción puede ingresar íntegramente en el proceso de valorización y hacerlo sólo fraccionadamente en el proceso de trabajo.
Los medios de producción nunca pueden añadir al producto más valor que el que poseen independientemente del proceso laboral al que sirven.
El obrero no puede añadir trabajo nuevo, y por tanto crear valor nuevo, sin conservar valores antiguos, pues siempre se ve precisado a añadir el trabajo bajo determinada forma útil, y no puede agregarlo bajo una forma útil sin convertir productos en medios de producción de un nuevo producto, y por tanto sin transferir a éste el valor de aquéllos. Es, pues, un don natural de la fuerza de trabajo que se pone a sí misma en movimiento, del trabajo vivo, el conservar [250] valor al añadir valor, un don natural que nada le cuesta al obrero pero le rinde mucho al capitalista: la conservación del valor preexistente del capital.
Otra cosa ocurre con el factor subjetivo del proceso laboral, la fuerza de trabajo que se pone a sí misma en acción. Mientras el trabajo, en virtud de su forma orientada a un fin, transfiere al producto el valor de los medios de producción y lo conserva, cada fase de su movimiento genera valor adicional, valor nuevo.
El plusvalor constituye el excedente del valor del producto por encima del valor de los factores que se han consumido al generar dicho producto, esto es, los medios de producción y la fuerza de trabajo.
El excedente del valor total del producto sobre la suma del valor de sus elementos constitutivos, es el excedente del capital valorizado por encima del valor que tenía el capital adelantado en un principio. Los medios de producción, por una parte, la fuerza de trabajo, por la otra, no son más que diversas formas de existencia adoptadas por el valor originario del capital al despojarse de su forma dineraria y transformarse en los factores del proceso laboral.
La parte del capital, pues, que se transforma en medios de producción, esto es, en materia prima, materiales auxiliares y medios de trabajo, no modifica su magnitud de valor en el proceso de producción. Por eso la denomino parte constante del capital o, con más concisión, capital constante.
Por el contrario, la parte del capital convertida en fuerza de trabajo cambia su valor en el proceso de producción. Reproduce su propio equivalente y un excedente por encima del mismo, el plusvalor, que a su vez puede variar, ser mayor o menor. Esta parte del capital se convierte continuamente de magnitud constante en variable. Por eso la denomino parte variante del capital, o, con más brevedad, capital variable.

(Los mismos componentes del capital que desde el punto de vista del proceso laboral se distinguían como factores objetivos y subjetivos, como medios [253] de producción y fuerza de trabajo, se diferencian desde el punto de vista del proceso de valorización como capital constante y capital variable).

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