CAPITULO
X
CONCEPTO
DEL PLUSVALOR RELATIVO
A
la prolongación del plustrabajo correspondería la reducción del
trabajo necesario, o, en otras palabras, una parte del tiempo de
trabajo que hasta ahora el obrero en realidad empleaba para sí
mismo, se convertiría en tiempo de trabajo para el capitalista. Se
habría modificado, en vez de la extensión de la jornada laboral, su
distribución en trabajo necesario y plustrabajo.
Por
otra parte, la magnitud del plustrabajo evidentemente está dada si
lo están la magnitud de la jornada laboral y el valor de la fuerza
de trabajo.
Con
el valor de estos medios de subsistencia está dado el valor de su
fuerza de trabajo [1]; [381] con el valor de su fuerza de trabajo, la
magnitud de su tiempo de trabajo necesario. Pero la magnítud del
plustrabajo se obtiene sustrayendo de la jornada laboral total el
tiempo de trabajo necesario.
La
causa de que el tiempo de trabajo necesario para la producción de la
fuerza de trabajo o la reproducción de su valor decrezca, no puede
ser que el salario del obrero disminuya por debajo del valor de su
fuerza de trabajo, sino tan sólo que este valor mismo disminuya. Si
está dada la extensión de la jornada laboral, la prolongación del
plustrabajo debe lograrse reduciendo el tiempo de trabajo necesario,
y no, a la inversa, abreviar el tiempo de trabajo necesario mediante
la prolongción del plustrabajo.
Por
aumento en la fuerza productiva del trabajo entendemos aquí, en
general, una modificación en el proceso de trabajo gracias a la cual
se reduzca el tiempo de trabajo socialmente requerido para la
producción de una mercancía, o sea que una cantidad menor de
trabajo adquiera la capacidad de producir una cantidad mayor de valor
de uso. Por consiguiente, mientras que en el caso de la producción
de plusvalor bajo la forma considerada hasta aquí habíamos supuesto
que el modo de producción estaba dado, ahora, para la producción de
plusvalor mediante la transformación de trabajo necesario en
plustrabajo, de ningún modo basta que el capital se apodere del
proceso de trabajo en su figura históricamente tradicional o
establecida y se limite a prolongar su duración. Para aumentar la
fuerza productiva del trabajo, abatir el valor de la fuerza de
trabajo por medio del aumento de la fuerza productiva del trabajo y
abreviar así la parte de la jornada laboral necesaria para la
reproducción de dicho valor, el capital tiene que revolucionar las
condiciones [383] técnicas y sociales del proceso de trabajo, y por
tanto el modo de producción mismo.
Denomino
plusvalor absoluto al producido mediante la
prolongación de la jornada laboral; por el contrario, al que surge
de la reducción del tiempo de trabajo necesario y del consiguiente
cambio en la proporción de magnitud que media entre ambas partes
componentes de la jornada laboral, lo denomino plusvalor
relativo.
Para
abatir el valor de la fuerza de trabajo, el acrecentamiento de la
fuerza productiva tiene que hacer presa en los ramos industriales
cuyos productos determinan el valor de la fuerza de trabajo, y que
por tanto pertenecen al ámbito de los medios de subsistencia
habituales o pueden sustituirlos. El incremento de la fuerza
productiva y el consiguiente abaratamiento de las mercancías en
aquellas industrias que suministran los elementos materiales del
capital constante, los medios de trabajo y el material de trabajo par
la producción de los medios de subsistencia imprescindibles, abaten
asimismo, pues, el valor de la fuerza de trabajo.
Que
el valor individual de una mercancía se halle por debajo de su valor
social (debido a un aumento de las fuerzas productivas), significa
que cuesta menos tiempo de trabajo que la gran masa del mismo
artículo producida en las condiciones sociales medias. El valor real
de una mercancía, sin embargo, no es su valor individual, sino su
valor social, esto es, no se mide por el tiempo de trabajo que insume
efectivamente al productor en cada caso individual, sino por el
tiempo de trabajo requerido socialmente para su producción. Aquel
capitalista las venderá por encima de su valor individual, pues,
pero por debajo de su valor social. Este incremento del plusvalor se
operará para él, pertenezca o no su mercancía al [386] ámbito de
los medios de subsistencia imprescindibles y, por tanto, forme parte
determinante o no en el valor general de la fuerza de trabajo.
Prescindiendo por ende de la última circunstancia, para cada
capitalista existe el motivo de abaratar la mercancía por medio de
una fuerza productiva del trabajo acrecentada.
Con
todo, aun en este caso la producción incrementada de plusvalor se
origina en la reducción del tiempo de trabajo necesario y en la
consiguiente prolongación del plustrabajo.
El
trabajo cuya fuerza productiva es excepcional opera como trabajo
potenciado, esto es, en lapsos iguales genera valores superiores a
los que produce el trabajo social medio del [387] mismo tipo.
El
capitalista que emplea el modo de producción perfeccionado, pues,
anexa al plustrabajo una parte mayor de la jornada laboral que los
demás capitalistas en la mima industria. Hace individualmente lo que
el capital hace en gran escala en la producción del plusvalor
relativo. Pero por otra parte, aquel plusvalor extraordinario
desaparece no bien se generaliza el nuevo modo de producción y se
extingue, con ello, la diferencia entre el valor individual de la
mercancía producida a más bajo costo y su valor social. La misma
ley de la determinación del valor por el tiempo de trabajo, que para
el capitalista que emplea el método nuevo se manifiesta en que tiene
que vender su mercancía por debajo de su valor social, impele a sus
rivales, actuando como ley coactiva de la competencia, a introducir
el nuevo modo de producción [6]. En último término todo el proceso
sólo afecta la tasa general del plusvalor, por consiguiente, cuando
el incremento de la fuerza productiva del trabajo ha hecho presa en
ramos de la producción, vale decir, ha abaratado mercancías, que
entran en la esfera de los medios de subsistencia imprescindibles y
constituyen, pues, elementos del valor de la fuerza de trabajo.
El
valor de las mercancías está en razón inversa a la fuerza
productiva del trabajo. Igualmente, lo está, porque se halla
determinado por valores de las mercancías, el valor de la fuerza de
trabajo. Por el contrario, el plusvalor relativo está
en razón directa a la fuerza productiva del trabajo. Aumenta cuando
aumenta la fuerza productiva, y baja cuando ésta baja.
El
impulso inmanente y la tendencia constante del capital son los de
aumentar la fuerza productiva del trabajo para abaratar la mercancía
y, mediante el abaratamiento de la mercancía, abaratar al obrero
mismo.
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