CAPITULO XI
COOPERACION
El
operar de un número de obreros relativamente grande, al mismo
tiempo, en el mismo espacio (o, si se prefiere, en el mismo campo de
trabajo), para la producción del mismo tipo de mercancías y bajo el
mando del mismo capitalista, constituye histórica y conceptualmente
el punto de partida de la producción capitalista. En lo que
respecta al modo de producción mismo, por ejemplo, en sus comienzos
la manufactura apenas se distingue de la industria gremial del
artesanado por el mayor número de obreros que utiliza
simultáneamente el mismo capital. El taller del maestro artesano no
ha hecho más que ampliarse. La diferencia es meramente cuantitativa.
La
masa del plusvalor producida por un capital determinado era
igual al plusvalor que aporta cada obrero multiplicado por el número
de los obreros utilizados simultáneamente.
La
jornada laboral conjunta de un número relativamente grande de
obreros ocupados simultáneamente, [393] es en sí y para sí una
jornada de trabajo social medio.
Para
el productor individual la ley de la valorización no se realiza
[394] plenamente sino cuando él produce como capitalista, cuando
emplea al mismo tiempo muchos obreros, o sea cuando desde un
comienzo, pone en movimiento trabajo social medio.
También
en el caso de un modo de trabajo incambiado, la utilización
simultánea de un número mayor de obreros opera una revolución en
las condiciones objetivas del proceso de trabajo. Una parte de los
medios de producción, se consumen ahora colectivamente en el proceso
de trabajo. Los medios de producción consumidos colectivamente
transfieren al producto individual un componente menor de valor, en
parte porque el valor total que transfieren se distribuye
simultáneamente entre una masa mayor de productos. Con ello
disminuye un componente de valor del capital constante, y por ende
disminuye también, en proporción a su magnitud, el valor total de
la mercancía.
La
economía en el empleo de los medios de producción abarata
las mercancías y reduce, por esa vía, el valor de la fuerza de
trabajo; y modifica la proporción entre el plusvalor y el capital
total adelantado, esto es, la suma de valor de sus componentes
constante y variable.
La
forma del trabajo de muchos que, en el mismo lugar y en equipo,
trabajan planificadamente en el mismo proceso de producción o en
procesos de producción distintos pero conexos, se denomina
cooperación.
No
se trata aquí únicamente de un aumento de la fuerza productiva
individual, debido a la cooperación, sino de la creación de una
fuerza productiva que en sí y para sí es forzoso que sea una fuerza
de masas.
Aunque
muchos ejecuten simultánea y conjuntamente una operación igual o
similar, puede ser, sin embargo, que el trabajo individual de cada
uno como parte del trabajo colectivo represente fases diversas del
proceso laboral mismo, recorridas con más rapidez por el objeto de
trabajo gracias a la cooperación.
En
muchos ramos de la producción se dan momentos críticos, esto es,
ciertos períodos, determinados por la naturaleza misma del proceso
laboral, durante los cuales deben alcanzarse determinados resultados
del trabajo. La cantidad y calidad del producto dependerán de que la
operación comience en cierto momento y finalice en cierto momento.
El espacio de tiempo que debe insumir el proceso de trabajo aquí
está predeterminado. El efecto producido a tiempo depende aquí de
la aplicación simultánea de muchas jornadas laborales combinadas;
el volumen del efecto útil depende del número de obreros, siempre
menor, sin embargo, que la cantidad de trabajadores que actuando por
separado efectuarían el mismo volumen de trabajo en el mismo espacio
de tiempo.
La
cooperación permite, de una parte, extender el ámbito espacial del
trabajo, y de ahí que en ciertos procesos de trabajo la vuelva
necesaria la mera interconexión espacial del objeto de trabajo. De
otra parte, brinda la posibilidad de restringir en lo espacial,
conforme a la escala de la producción, el territorio en que la misma
se desarrolla.
☭La
jornada laboral combinada produce una masa mayor de valor de uso y
reduce, por ende, el tiempo de trabajo necesario para la producción
de determinado efecto útil. En el caso dado, ya sea que la jornada
laboral combinada obtenga esa fuerza productiva aumentada porque
acrecienta la potencia mecánica del trabajo, o porque amplía el
campo espacial de acción de este último, o reduce espacialmente el
campo de producción en proporción a la escala de ésta, o porque en
el momento crítico aplica mucho trabajo en poco tiempo, o estimula
la emulación de los individuos y pone en tensión sus espíritus
vitales, o imprime a las operaciones análogas de los muchos obreros
el sello de lo continuo y polifacético, o ejecuta simultáneamente
diversas operaciones, o porque economiza los medios de producción en
virtud de su uso colectivo, o confiere al trabajo individual el
carácter de trabajo social medio; en todas estas circunstancias la
fuerza productiva específica de la jornada laboral combinada es
fuerza productiva social del trabajo, o fuerza productiva del trabajo
social. Surge de la cooperación misma. En la cooperación
planificada con otros, el obrero se despoja de sus trabas
individuales y desarrolla su capacidad en cuanto parte de un género.
☭
La
concentración de masas mayores de medios de producción en las manos
de capitalistas individuales es, pues, condición material para la
cooperación de los asalariados, y el volumen de la cooperación o la
escala de la producción depende del volumen de dicha concentración.
Con
la cooperación de muchos asalariados, el mando del capital se
convierte en el requisito para la ejecución del proceso laboral
mismo, en una verdadera condición de producción.
El
motivo impulsor y el objetivo determinante del proceso capitalista de
producción, ante todo, consiste en la mayor autovalorización
posible del capital, es decir, en la mayor producción posible de
plusvalor y por consiguiente la mayor explotación posible de la
fuerza de trabajo por el capitalista. La dirección ejercida por el
capitalista no es sólo una función especial derivada de la
naturaleza del proceso social de trabajo e inherente a dicho proceso;
es, a la vez, función de la explotación de un proceso social de
trabajo, y de ahí que esté condicionada por el inevitable
antagonismo entre el explotador y la materia prima de su explotación.
El
capitalista no es capitalista por ser director industrial, sino que
se convierte en jefe industrial porque es capitalista.
Su
cooperación no comienza sino en el proceso de trabajo, pero en el
proceso laboral ya han dejado de pertenecerse a sí mismos. Al
ingresar a ese proceso, el capital se los ha incorporado. En cuanto
cooperadores, en cuanto miembros de un organismo laborante, ellos
mismos no son más que un modo particular de existencia del capital.
La fuerza productiva que desarrolla el obrero como obrero social es,
por consiguiente, fuerza productiva del capital.
Así
como la fuerza productiva social del trabajo desarrollada por la
cooperación se presenta como fuerza productiva del capital, la
cooperación misma aparece como forma específica del proceso
capitalista de producción. Se trata del primer cambio que
experimenta el proceso real de trabajo por su subsunción
bajo el capital. Su supuesto, la ocupación simultánea de un gran
número de asalariados en el mismo proceso de trabajo, constituye el
punto de partida de la producción capitalista. Dicho punto coincide
con el momento en que el capital comienza a existir. Si bien, pues,
el modo capitalista de producción se presenta por una parte como
necesidad histórica para la transformación del proceso de trabajo
en un proceso social, por la otra esa forma social del proceso de
trabajo aparece como método aplicado por el capital para explotar
más lucrativamente ese proceso, aumentando su fuerza productiva.
La
cooperación sigue siendo la forma básica del producción
capitalista, aunque su propia figura simple se presente como forma
particular junto a otras más desarrolladas.
Gracias!!!
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